lunes, 29 de agosto de 2011

btt Gavarnie Popurrie



Fin de semana de escapada a la cara B del Pirineo.

Empezamos a pedalear a las 12 de la mañana en Gavarnie, el es día fresco pero de cielo azul, perfecto para pedalear.

Tras un rato de equilibrios por el GR10 llegamos a las Granjas de Saugué, casitas que han crecido como setas en el lomo de la montaña, mejores vistas no podían tener.

Bajadón por pista a Gedre, antes de comenzar a subir jugamos un rato a los mecanicos con mi bici y poquito a poco, pedalada a pedalada llegamos al Lago de Gloriettes.

El cielo ha cambiado de color, las nubes se van comiendo el color azul, sólo hay que subir un poco más y desde allí media ladera dejandonos caer entre vacas y casas de piedras hacia Gavarnie.

Vistas aéreas que llenan nuestros ojos, conversaciones con burros y caballos para que nos dejen pasar, otro rato de mecánicos con la bici de Alberto y antes de darnos cuenta ya estamos en Gavarnie comiendo Quiche en la bulanderi.

Como más vale un track que un rollo de descripción, aquí para el que se anime a repetir....eso sí ha de gustarte el cambio de ritmo y la poca continuidad del terreno, tan pronto tenías una senda buena, como una carretera, una senda intratable con un prado lleno de trampas,....






lunes, 8 de agosto de 2011

Mi bautizo en el cicloalpinismo


06/08/2011

Poner a prueba el corazón, sentir su ritmo en la cabeza, en los ojos, en las piernas,... esas pensando que te va a explotar, y aún así....sigues pedaleando. Subir a lo más alto, hasta tocar las nubes con la cabeza, pero tocarlas suavemente, no las vayamos a romper y entonces se ponga a llover.

Nos gustó mucha la ruta que hicieron unos chicos de Boltaña http://oriol-mtb.blogspot.com/2011/07/el-puerto-de-la-madera.html pero los nubarrones y la previsión de fuertes tormentas nos hicieron menguar la vuelta, así que pasó de ser un mítico sobo a ser una vuelta increíble. Subimos el viernes a dormir a la Virgen Blanca , toda la noche lloviendo y una mañana gris hacen que remoloneemos más de lo pensado en la cama, nos ponemos en marcha hacía el GR11 que sube al Collada de Ordiceto (2.314m) el cielo ha cambiado de color, está azul intenso y el sol brilla sin dar calor, un día perfecto para el monte.

El GR11 se deja subir montado, empujando la bici e incluso llevándola al hombro. Del la Collada al Puerto de Ordiceto (2.405m) no queda otra que portear, Alberto le echa ganas y algún rato se monta, yo ni me lo planteo.

Bajamos hacia Francia, los senderistas nos miran raro, ¿por qué será?

Volvemos a subir al Puerto de Plan (2.524m) para rodear por la derecha la Tuca de Montarruego y por la izquierda la Peña Blanca. Las nubes grises enganchadas en las cimas de los Culfredas no nos gustan nada, sólo pensar en un tormentón aquí arriba se te ponen los pelos de punta.

Puerto de la Madera (2.555m) y la esperada bajada por el HRP, no defrauda en absoluto, tendida para algunos, disfrutona para otros, espectacular por el paisaje para todos.

Las nubes nos dejan darnos un baño en el río y comer tranquilamente, para cuando quiere ponerse a llover, ya estamos metidos en la cama con una sonrisa perpetua, esa que te queda cuando has disfrutado como un niño.

El TRACK para el que se anime a repetirla, totalmente recomendable, teniendo en cuenta que hay bastante porteo.



martes, 2 de agosto de 2011

Vira de la Embarradere - Midi d'Ossau

31/07/2011

Dejar la bici aparcada en casa un fin de semana y sacar las cuerdas y toda la cacharrería de escalar, cuesta, pero cuando se presenta la ocasión la disfrutamos al máximo.

Esta vez el objetivo es el Midi por la Vira de la Embarradere, ruta fácil pero larga, una excursión en la que hay que caminar con las manos y la sensación de altura te acompaña todo el rato.

El sábado subimos a dormir al refugio de la Pombie, como está lleno y la noche la presentan buena nos dormimos bajo el cielo estrellado.

Suena el despertador mientras se hace de día, y comenzamos a caminar dando los primeros rayos en la cara sur del Midi.

Hasta el collado de Suzon se comparte camino con la subida Normal por las chimeneas, un mojón bastante grande marca el desvío.


A media ladera vamos hasta la brecha superior de Moundelhs y de allí saltamos al circo con el mismo nombre que la brecha, vemos el próximo objetivo, el collado de los Austriacos, punto en el que hay que equiparse y empezar a usar la manos para progresar.

Las chimeneas se alternan con travesías laterales por terreno herboso, poco a poco vamos rodeando el Midi siempre con tendencia subir, buscamos lo más fácil y si el asunto se complica es que nos hemos salido de la ruta, los mojones ayudan en los momentos de despiste.

Vemos el Gendarme y sabemos que no vamos mal, un paso atlético para llegar al collado y saltamos de nuevo al otro lado, la sorpresa es inevitable cuando vemos ante nosotros la Vira de la Embarradere cruzando la cara norte.


Recordamos a los pioneros que descubrieron estos caminos, el material que llevaban y el tiempo que invertían en hacer, lo que hoy hacemos en un fin de semana.

Subimos por la Vira en ensamble hasta que el muro se pone más vertical, improvisamos una reunión en un puente de roca y Alberto sigue los pasos de Marcos y Marthe.

El segundo muro comienza debajo de un nevero, buscamos lo más fácil por la parte derecha y en unos metros Marcos confirma la buena elección al encontrarse un clavo.

Pasos aéreos y caminata hasta el collado de la Fourche.


Descansamos mientras hacemos tiempo a que el grupo de franceses pasen las placas blancas y en que nos dejan el camino libre y el estómago a vuelto a tener con que entretenerse empezamos a encaramarnos al último tramo de la vía.

La placas no son díficiles, pero la bota no da tanta confianza como el pie de gato, menos mal de los friends que Marcos me ha dejado puesto y que psicológicamente ayudan.

Chimeneas, risas y cima, reponer energías y emprender el descenso, son las 18.30 y pronto se va a hacer de noche, hacemos cuentas de horas que faltan y dejamos la linterna a mano, sabemos que la vamos a utilizar.

Destrepamos las primeras chimeneas hasta llegar a la penúltima y de nuevo el grupo de franceses hace que nos tengamos que parar a descansar, dos rápeles y estamos en el suelo.

Volvemos a estar a la sombra, cada queda menos luz, llegamos a los prados del refugio, donde la tienda de Marcos y Marthe ha esperado todo el día, recogemos y aunque con la linternas en la cabeza caminamos con las últimas luces.



La oscuridad ya es total, un mar de nubes nos espera en el fondo del valle, el Portalet iluminado se deja notar bajo la capa blanca.

El cansancio y el hambre aparecen, según la animada conversación que hemos llevado todo el día, desaparece.

Llegamos al coche rotos, con los pies que gritan dentro de las botas, ha sido un día largo pero duro, de esos que nos gustan.